Benaocaz

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El linaje moro de "Ocaz" da nombre, al parecer, al municipio de Benaocaz, situado en la Sierra de Cádiz a 793 metros de altitud sobre el nivel del mar, entre las poblaciones de Villaluenga del Rosario y Ubrique. Protegido por la sierra del Caillo, Benaocaz ofrece un clima de alta montaña muy sano. Tradicionalmente, su aire se ha recomendado para las personas con enfermedades respiratorias. No en vano, el copatrón, San Blas, que sale en procesión cada 3 de febrero, tiene fama de curar las afecciones de garganta. De ahí el lema con el que se recibe al visitante: "Benaocaz, alta montaña, clima ideal".

El trazado urbano irregular de este pueblo, que hoy cuenta con 632 habitantes de derecho, es herencia de la impronta musulmana que ocupó el lugar, al parecer, desde el siglo VIII, a los pocos años de la llegada de los mahometanos a la Península. El Barrio Nazarí, situado en la zona alta del casco urbano y declarado conjunto histórico-artístico, es una muestra palpable, pese a su estado semiderruido, del pasado islámico de la población.

Pero la ocupación humana en este territorio es muy anterior, como bien ha atestiguado el arqueólogo Luis Javier Guerrero, autor de la Carta Arqueológica del término municipal de Benaocaz. En este área se desarrolló hacia el sexto milenio a.C. una importante comunidad neolítica, practicante de actividades agrícolas y ganaderas superadoras de la etapa paleolítica depredadora. Entre las innovaciones técnicas aportadas por estas comunidades destaca la elaboración de recipientes de cerámica, como el que se exhibe en el Museo Arqueológico de Jerez, hallado en la sima de la Veredilla de Benaocaz.

Benaocaz constituyó uno de los doce enclaves islámicos del entorno de la serranía de Villaluenga que dependían de facto de las autoridades de Ronda, capital de la cora de Takurunna. Tras pasar todo este territorio a manos castellanas en 1485, Benaocaz se integró en los dominios señoriales de la Casa de Arcos como una más de las Siete Villas de la Serranía de Villaluenga (junto con Archite, Aznalmara, Cardela, Grazalema, Ubrique y Villaluenga). Un topónimo de la zona tiene su origen en esta época. Se dice que el rey Fernando el Católico, durante la fase final de la guerra de Granada, se aposentó en un lugar cercano al actual casco de Benaocaz, hoy conocido como el puerto de don Fernando. De aquella visita regia deriva también, al parecer, un célebre dicho: "En Benaocaz, la hembra lo más". Éste hace referencia, según la tradición, a que cuando los Reyes Católicos acamparon cerca de Benaocaz, las mujeres de la villa les hicieron entrega de sus joyas, según unos, como tributo a cambio del cual los monarcas garantizasen el mantenimiento del status de sus habitantes; según otros, como contribución a los gastos de la guerra.

Junto con su rica tradición histórica, de la que dan testimonio los fondos del archivo municipal, cuya documentación más antigua data del siglo XVI, y junto con su riqueza arquitectónica -de la que habla no sólo el Barrio Nazarí, sino también las casas señoriales del casco urbano (como las de la plaza del Castillo y plaza del Ayuntamiento), Benaocaz ofrece unos parajes espectaculares dignos de admiración. Desde el pueblo se divisa una impresionante panorámica de una gran parte de la provincia de Cádiz. En días claros, desde algunos puntos de su término municipal se llega a divisar el peñón de Gibraltar. Por su espectacularidad, destaca el llamado Salto del Cabrero, cuya cota más alta mide 934 metros. Este accidente geográfico ofrece una formación topográfica única: una falla con dos cumbres casi gemelas de paredes verticales de más de 80 metros de altura y separadas por una garganta de 50 metros de anchura. Este topónimo obedece a unas imaginativas leyendas. Según una de ellas, el Salto del Cabrero debe su nombre al suceso según el cual un pastor de cabras, que huía de un prestamista que le reclamaba el pago de una deuda, cayó por este lugar al vacío junto con su perseguidor. Otra leyenda dice que un cabrero que vivía en las proximidades, para demostrar su destreza, dio un salto de una pared a otra sin derramar una sola gota de leche de cabra que llevaba para dársela a su hijo enfermo.
También cuenta la tradición que alrededor de un gran quejigo que se yergue
En todo el término benaocaceño se suceden cortijos, aljibes (que recogen el agua de lluvia para que no se pierda por filtración), caleras (pozos empedrados en los que la piedra caliza se transforma en cal viva) y majanos (montones de piedras dispersas por el prado para ganar terreno para alimentar al ganado).
De la historia y las actividades económicas de los hombres que desde la Prehistoria habitaron estos lugares habla de manera muy didáctica el Museo Histórico de Benaocaz.

Benaocaz, situado a 416 kilómetros de distancia de la capital de la provincia, tiene 70 kilómetros cuadrados de término municipal. En esta gran extensión se asienta uno de los cascos urbanos más pequeños de la provincia. Sus 632 habitantes de derecho se distribuyen casi al 50% entre hombres y mujeres. Casi una cuarta parte de la población es menor de 20 años y casi un 15%, mayor de 65. Cabe destacar que Benaocaz es hoy día foco de recepción de habitantes procedentes, en su mayoría, de Ubrique. Este fenómeno se traduce en el dato de que, si bien de Benaocaz han salido 36 emigrantes, el pueblo ha recibido 64 inmigrantes. De ahí que su población tenga un incremento relativo de 5,86.

Un hecho curioso del término de Benaocaz es el surgimiento de toda una nueva barriada, nacida en el pago de Tavizna, dentro de su término, pero alejada varios kilómetros del caso urbano. Se trata en su mayoría de chalés de segunda residencia de personas originarias de los municipios cercanos, principalmente Ubrique. De ahí que los datos del Instituto de Estadística de Andalucía indiquen que Benaocaz, con 451 viviendas familiares, tenga 226 viviendas secundarias.

Las dotaciones culturales y educativas de Benaocaz son el Museo Histórico, una biblioteca, un centro de enseñanza básica y un centro de educación de adultos. Por otra parte, hay un consultorio del Servicio Andaluz de Salud, una oficina de ahorro y tres restaurantes. Son 35 los establecimientos empresariales registrados (uno con más de seis empleados y 31 con menos de cinco; de otros tres no existen datos oficiales). Hay 185 líneas de teléfono fijo y 174 vehículos turismos. La media de declaraciones del IRPF es de 1.649.993 pesetas.

Desde el punto de vista de la actividad del sector primario, 167 hectáreas del término se dedican al cultivo herbáceo (20 para hortalizas y 85 para avena, entre otros cultivos) y 83 para cultivos leñosos (naranja, principalmente). Hay además ganadería caprina o ovina. Las chacinas curadas en Benaocaz tienen gran fama.
Ciudades cercanas:
Coordenadas:   36°42'2"N   5°25'17"W

Comentarios

  • El dato de 416Km de distancia a la capital de la provincia es erróneo.Lo desconozco,pero debe ser cercano a 116 Kms.
Este artículo fue modificado por última vez hace 9 años