Las Canteras (Puerto Real) | parque, bosque

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El parque de Las Canteras está ubicado en el término municipal de Puerto Real a 500 m al norte de la población, es una zona de pinar y monte bajo de morfología rectangular, con una superficie aproximadamente de 25 Ha.
El pinar es considerado actualmente como uno de los parajes mas tradicionales y pintorescos de Puerto Real. Su denominación actual proviene de la existencia, siglos atrás, de canteras de las que se extraían calcarenitas y calcirruditas pliocenas conocidas localmente como piedra ostionera. En 1547 ya es conocida su existencia, de la cual durante el siglo XVI se obtuvo la piedra necesaria par alas obras de construcción de la Prioral de San Sebastián y de la Catedral de Sevilla.
Estaba situada en un lugar conocido como Atalaya de Bargueta. Esta zona coincidía con aquella franja de donde se sacaba la piedra ostionera. Además, es de suponer que la explotación estuviese situado lo más cerca posible del pueblo y en un lugar al que pudiesen acceder con facilidad las carretas para transportar la piedra. Por la denominación de Atalaya, debía tratarse de un lugar elevado respecto a su entorno inmediato. Dentro de la franja de piedra ostionera, la zona más elevada y cercana al pueblo era la divisoria del Promontorio de Puerto Real en la que se encuentra situada Las Canteras.
El Parque de las Canteras fue designado con dos nombres diferentes: el primero utilizado fue el de Sitio de Troya, que se mantuvo en uso hasta el siglo XVIII, y a partir de la primera mitad del siglo XIX ya es conocido por el nombre actual, Las Canteras. Aunque no se sabe con total certeza si el Parque de Las Canteras actual, ocupa el mismo terreno que el Sitio de Troya, o si éste tenía más extensión que el actual parque. Tampoco se sabe a ciencia cierta la distribución y extensión de las zonas de pinar y de Canteras.
Desde 1738 hasta 1783, el sitio de Troya estuvo destinado a la explotación de canteras. De ellas se extraía la piedra necesaria para obras públicas y privadas, para las poblaciones de la bahía de Cádiz y otras de la provincia. En el caso de la capital, la mayor parte de la tierra se utilizó en la construcción de las murallas. La necesidad de material para las murallas obligó a la corona a autorizar la expropiación de canteras privadas e incluso abrir otras nuevas dentro del término de Puerto Real. Otro recurso explotado, aunque de menor importancia económica fueron los pinares. Su extensión mínima era de 25 aranzadas y se utilizaban para la obtención de leña por la que se contribuía con 10 reales por aranzada a la hacienda pública. No se sabe con exactitud cuando cesó la explotación de piedra en el Sitio de Troya, pero se supone que el abandono definitivo se produjo con posterioridad a 1783.
Las primeras referencias sobre Las Canteras en el Sitio de Troya aparece en un expediente de 1700 donde aparece una breve referencia sobre la existencia de canteras activas, junto con el nombre de del dueño de una de ellas D. Joseph Escobar, vecino de Puerto Real, esta referencia no está completamente contratada. El documento más antiguo encontrado hasta el momento, en el que se hace referencia explícita a la explotación de canteras en el Sitio de Troya, es una copia de un contrato de arrendamiento para la explotación de varias canteras, firmado en 1738, en el que figura Dña. Leonor Tirado como propietaria.
En el siglo XVIII, al menos desde 1738 hasta una fecha sin precisar, pero posterior a a 1783, el Sitio de Troya estuvo destinado principalmente a la explotación de canteras. De ella se extraía la piedra necesaria para obras públicas y privadas, realizadas tanto en viviendas e Puerto Real, en la Carraca y en el nuevo muelle de la localidad, además como en la mayoría de las poblaciones de la bahía de Cádiz y otras de la provincia, tales como: Rota, Sanlúcar de Barrameda, la Isla de León y Cádiz.
El final de la Actividad de cantería en el Sitio de Troya es difícil de determinar, los datos de que se disponen atestiguan que que el final definitivo de las explotaciones se produjeron con posterioridad a 1783. Probablemente las canteras permanecieron activas hasta el final del siglo XVIII o principios del XIX, ya que en un plano de las fortificaciones francesas de Puerto Real , fechado en 1812 aparece el nombre de Las Canteras en la posición del parque actual.
El primer documento localizado del siglo XIX que contiene referencias sobre el Sitio de Troya es el Padrón de Riqueza para la Contribución de 1814. En él aparece una relación completa de los pinares del término municipal, en la que se encuentra el pinar del Sitio de Troya. Su superficie era de 26 aranzadas, de los cuales sólo 8 seguían pobladas de pinos repartidos en tres propietarios de la siguiente manera: D Martín Irigoyen y D. Bartolomé de Yturralde 18 aranzadas, D. Jerónimo de Castro, 6 aranzadas, herederos de D Juan Domínguez, 2 aranzadas. Al menos dos de estos propietarios no figuraban ya como tales en los Repartimientos de Contribución General de 1839. En los inventarios del Patrimonio Municipal de 1857, D. Pedro Ignacio de Paúl figura como propietario del pinar, ahora llamado Las Canteras. Éste lo compró a D. Jacobo Gordon en una fecha aún por precisar. Su extensión en 1857 era de 22 aranzadas, lo que supone un aumento de 14 aranzadas respecto a la superficie registrada en el Padrón de Riqueza para la Contribución de 1814.
En 1882, D. Pedro Ignacio de Paúl fue el último propietario particular del pinar y desde 1882 permitía que fuera usado por los vecinos como lugar de recreo y esparcimiento. A principios del siglo XX, el pinar se había convertido ya en un lugar emblemático para la localidad y gozaba de la estima y consideración de toda la población. Por ello, y ante la noticia de que éste iba a ser vendido a otro particular que podría impedir su uso público, se organizó una suscripción popular a iniciativa vecinal que permitió su adquisición por el ayuntamiento en 1909 y su incorporación definitiva al patrimonio local.
En 1906, la Corporación Municipal inicia las gestiones para adquirir el parque, acordando el propietario la cantidad de 25.000 pesetas para su venta, y estableciendo un plazo de 2 años para hacer efectivo el pago. El dinero se consiguió gracias a una suscripción popular y a préstamos particulares sin intereses, pasando definitivamente a propiedad municipal en 1909.
Las Canteras (documento num.10) son un recoleto pinar cercano, a Puerto Real. Aunque de propiedad particular, se había convertido a principios del siglo XIX en lugar de paseo, muy animado en los días de fiesta. Pronto conocieron los portorrealeños, entre desesperanza y frustrados, la inminente venta del pinar, cuyo nuevo dueño podría impedir su uso como zona de solaz y juego para los vecinos.
La iniciativa vecinal, que con prontitud abrió una suscripción popular, la diligencia municipal en la tramitación de las gestiones necesarias y la buena voluntad del propietario Don Pedro Ignacio de Paul propiciaron la adquisición del pinar y su incorporación al patrimonio local.
DOCUMENTO NUM. 9
"Finca rústica, o sea una suerte de pinar situado en el término de la Villa de Puerto Real, en lo que antiguamente se llamó Pago de Troya y hoy de Las Canteras, que mide una extensión de 24 Ha, 59 a, 55 ca y 77 dm^2, y linda por el norte con las haciendas de La Cecería y El Boticario, propias de la Testamentaría de Don Pedro Ignacio de Paúl e Irmaz, con la arboleda de los herederos de Don Marcos Muñoz y con otra de Don Tomás Lynch; con el levante con el camino que conducía a Jerez de la Frontera; por poniente con pinares de dicha testamentaría y por el sur, con la huerta de Don José Almisas y con el Manchón del Reggio":
DOCUMENTO NUM. 10
"Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación, Madrid, Excmo. Sr.:
Don Antonio Segovia y Gutiérrez, Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de esta Villa, por acuerdo del mismo, a V. E. con el mayor respeto expone; que para realizar la aspiración de este vecindario de adquirir para siempre con destino a parque público el pintoresco pinar de Las Canteras, se ha incoado el adjunto expediente siguiendo las reglas que fija la R. O. de fecha 19 de junio de 1901 de la Presidencia del Consejo de Ministros, y correspondiendo a V. E. autorizar la adquisición expresada para otorgar la correspondiente escritura de compraventa, a V. E. con el mayor respeto
SUPLICA que teniendo por admitida la presente instancia y el expediente que la acompaña, se sirva autorizar la adquisición por este ayuntamiento del pinar de Las Canteras con destino a parque público, de la Excma.; Sra. Doña María de los Ángeles Liaño y Fernández de Cossío y Don José Marenco y Liaño, actuales propietarios del mismo, por convenir a la higiene y engrandecimiento de esta localidad
Es gracia que espero merecer de la rectitud de V. E., en Puerto Real a 16 de Mayo de 1909.
El parque de Las Canteras has estado estrechamente vinculado a la localidad desde hace más de dos siglos y medio, tanto desde un punto de vista económico como social. Las Canteras del Sitio de Troya constituyeron un pilar importante de la economía local en el siglo XVIII a juzgar por la cantidad de obras que se abastecían de ellas. Tras el abandono de las explotaciones a finales del siglo XVIII o principios del XIX, el aprovechamiento económico del Sitio de Troya/Las Canteras quedó limitado al uso de pastos para el ganado probablemente del pinar para la provisión de leña, hasta que a finales del siglo XIX, se extendió su utilización como lugar de recreo y esparcimiento.
Finalmente, la fisonomía del Parque de Las Canteras, tal como la conocemos hoy día, es el resultado de dos procesos antrópicos: el modelado del relieve originado por la explotación de cantera, y la repoblación forestal. Las Canteras posee en la actualidad, una exuberante vegetación y una configuración en extremo accidentada, con multitud de cañadas, barrancos y bruscas laderas que crean un auténtico laberinto y lo hacen pintoresco. La vegetación del parque está formada principalmente por centenarios de pinos pinea.
El monte bajo de Las Canteras está formado por grandes manchones de Lentiscos, retamas, palmitos, especies de flor como jaras y jaguarzos, paltas trepadoras, y especies aromáticas como el romero y el tomillo. Hay que hacer una mención especial a las orquídeas, de la que en épocas pasadas el pinar estaba muy bien poblado, y que en la actualidad son muy difíciles de ver.