Mesas de Asta
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Pedania de jerez. Importantes excavaciones. Aqui estaba situada Asta regia, uno de los asentamientos mas antiguos de la provincia de Cadiz.
Adoce kilómetros de Jerez se erige uno de los conjuntos arqueólogicos más importantes del sur peninsular. El yacimiento de Asta Regia data de la época del Neolítico, y cuenta con hallazgos que abarcan desde la Edad de Bronce hasta el periodo islámico, pasando por el turdetano y la época romana y tardorromana. Una ciudad sin duda llena de misterios que evidencian que se trató de un importante núcleo poblacional en la antigüedad.
Asta Regia.-
El origen de esta ciudad ubicada en las Mesas de Asta, (cerca de Trebujena) hay que situarlo más allá del año 1000 a.C., como testimonian los restos arqueológicos procedentes de su excavación que se hallan en el Museo Arqueológico de Jerez. Es seguro su contacto con la cultura tartésicas si no es que la misma Asta es parte del imperio de Tartessos. Tuvo que ser en efecto una ciudad muy rica, verdadero emporio capaz de ostentar la capitalidad de la comarca de los esteros, como evidencian los textos de Estrabón, Plinío y Pomponio Mela. En Asta se reunían periódicamente los turdetanos como llama Tito Livio a los habitantes de la zona. En el s. II a.C. el estado astense tenía una organización territorial basada en una plaza fuerte (oppidum) y controlaba un extenso territorio apoyándose en una serie de turres para defenderse de los enemigos exteriores y desde ellas el populus (aristócratas o no) controlaba a una plebs servilis que, trabajaba para la capa de población dominante.
Asta encabezó una rebelión contra Roma en el II a.C. Constituye además este hecho otro argumento de la riqueza de Asta. La ciudad incluso pagó en plata a mercenarios para luchar contra el invasor. Posiblemente como castigo a esa resistencía Asta perdió por decreto del general romano Emilio Paulo la Torre Lascutana, (a seis km. de Alcalá de los Gazules). Dos años más tarde (187 a.C.) la propia ciudad fue tomada al asalto por las tropas romanas del pretor Gayo Atinio (que, por cierto, murió en el asalto),
La ciudad-estado de Asta se mantiene con la mísma estructura de oppidum y turres hasta la primera mitad del s. I a.C. en que se produce el fenómeno colonizador de Roma, Es más, los romanos aprovecharon (como solían hacer) la infraestructura indígena para crear la suya propia. Así es que cada invierno el pretor romano convocaría en Asta al conventus que se reunía aquí desde épocas ancestrales en torno a arae u otro fenómeno religioso o social para administrar la justicia sobre su jurisdicción, con lo cual Asta seguía siendo la capital de esta zona suroccidental, de mayor rango que Gades cuyo conventus, en virtud de su rendición pactada en 206 a.C., regulaba sólo las relaciones internas de la ciudad.
Así pues, en el año 45 a.C. la ciudad, pompeyana declarada, se convierte en objetivo de César en su lucha con Pompeyo. Sin embargo César no llegó a sitiarla como sería su intención ya que tres astenses, llamados equites en el texto latino, negociaron la rendición de la ciudad a cambio de una enorme cantidad de plata.
En época de Augusto Asta era una colonia, establecida por César, denominada Colonia Hasta Regia, (los autores romanos asociaron el nombre Asta con hasta, «lanza»), un estatuto de ciudad tan importante que los ciudadanos de Itálica se quejaron a Hadriano celosos de los privilegios de la Colonia lulia Romula Hispalis.
En cuanto a la economía habría pasado de la producción doméstica atenta a producir sólo para el consumo propio a la producción excedentaria que permitió un activo comercio asentado en tres sólidos pilares:
1. Un activo proceso productivo vivido en una importante cantidad de villae (vivienda rural centrada en tomo a un patio, como los posteriores cortijos andaluces) repartidas por el tenitorio astense, que generaba fuertes excedentes de trigo, aceite y vino para el comercio.
2. Numerosos alfares que surtían de envases para transportar esos productos. Algunos de ellos han sido excavados últimamente en el término municipal de Jerez, territorio de Asta.
3. Unas excelentes comunicaciones por tierra (via Augusta) y por los esteros con el Guadalquivir.
Poco se sabe de la desaparición de Asta Regia. El último autor que la menciona es el Ravenate (700 d.C.) que al copiar un mapa romano del siglo IV dice: Gaditana, Portum, Asta, Serpa. La causa más probable de su desaparición hay que buscarla en las invasiones que sufre la Bética en el 409 cuando los vándalos silingos de Fredbalo se apoderan de toda la región y destruyeron casi totalmente las villae existentes.
Adoce kilómetros de Jerez se erige uno de los conjuntos arqueólogicos más importantes del sur peninsular. El yacimiento de Asta Regia data de la época del Neolítico, y cuenta con hallazgos que abarcan desde la Edad de Bronce hasta el periodo islámico, pasando por el turdetano y la época romana y tardorromana. Una ciudad sin duda llena de misterios que evidencian que se trató de un importante núcleo poblacional en la antigüedad.
Asta Regia.-
El origen de esta ciudad ubicada en las Mesas de Asta, (cerca de Trebujena) hay que situarlo más allá del año 1000 a.C., como testimonian los restos arqueológicos procedentes de su excavación que se hallan en el Museo Arqueológico de Jerez. Es seguro su contacto con la cultura tartésicas si no es que la misma Asta es parte del imperio de Tartessos. Tuvo que ser en efecto una ciudad muy rica, verdadero emporio capaz de ostentar la capitalidad de la comarca de los esteros, como evidencian los textos de Estrabón, Plinío y Pomponio Mela. En Asta se reunían periódicamente los turdetanos como llama Tito Livio a los habitantes de la zona. En el s. II a.C. el estado astense tenía una organización territorial basada en una plaza fuerte (oppidum) y controlaba un extenso territorio apoyándose en una serie de turres para defenderse de los enemigos exteriores y desde ellas el populus (aristócratas o no) controlaba a una plebs servilis que, trabajaba para la capa de población dominante.
Asta encabezó una rebelión contra Roma en el II a.C. Constituye además este hecho otro argumento de la riqueza de Asta. La ciudad incluso pagó en plata a mercenarios para luchar contra el invasor. Posiblemente como castigo a esa resistencía Asta perdió por decreto del general romano Emilio Paulo la Torre Lascutana, (a seis km. de Alcalá de los Gazules). Dos años más tarde (187 a.C.) la propia ciudad fue tomada al asalto por las tropas romanas del pretor Gayo Atinio (que, por cierto, murió en el asalto),
La ciudad-estado de Asta se mantiene con la mísma estructura de oppidum y turres hasta la primera mitad del s. I a.C. en que se produce el fenómeno colonizador de Roma, Es más, los romanos aprovecharon (como solían hacer) la infraestructura indígena para crear la suya propia. Así es que cada invierno el pretor romano convocaría en Asta al conventus que se reunía aquí desde épocas ancestrales en torno a arae u otro fenómeno religioso o social para administrar la justicia sobre su jurisdicción, con lo cual Asta seguía siendo la capital de esta zona suroccidental, de mayor rango que Gades cuyo conventus, en virtud de su rendición pactada en 206 a.C., regulaba sólo las relaciones internas de la ciudad.
Así pues, en el año 45 a.C. la ciudad, pompeyana declarada, se convierte en objetivo de César en su lucha con Pompeyo. Sin embargo César no llegó a sitiarla como sería su intención ya que tres astenses, llamados equites en el texto latino, negociaron la rendición de la ciudad a cambio de una enorme cantidad de plata.
En época de Augusto Asta era una colonia, establecida por César, denominada Colonia Hasta Regia, (los autores romanos asociaron el nombre Asta con hasta, «lanza»), un estatuto de ciudad tan importante que los ciudadanos de Itálica se quejaron a Hadriano celosos de los privilegios de la Colonia lulia Romula Hispalis.
En cuanto a la economía habría pasado de la producción doméstica atenta a producir sólo para el consumo propio a la producción excedentaria que permitió un activo comercio asentado en tres sólidos pilares:
1. Un activo proceso productivo vivido en una importante cantidad de villae (vivienda rural centrada en tomo a un patio, como los posteriores cortijos andaluces) repartidas por el tenitorio astense, que generaba fuertes excedentes de trigo, aceite y vino para el comercio.
2. Numerosos alfares que surtían de envases para transportar esos productos. Algunos de ellos han sido excavados últimamente en el término municipal de Jerez, territorio de Asta.
3. Unas excelentes comunicaciones por tierra (via Augusta) y por los esteros con el Guadalquivir.
Poco se sabe de la desaparición de Asta Regia. El último autor que la menciona es el Ravenate (700 d.C.) que al copiar un mapa romano del siglo IV dice: Gaditana, Portum, Asta, Serpa. La causa más probable de su desaparición hay que buscarla en las invasiones que sufre la Bética en el 409 cuando los vándalos silingos de Fredbalo se apoderan de toda la región y destruyeron casi totalmente las villae existentes.
Ciudades cercanas:
Coordenadas: 36°47'19"N 6°10'28"W
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