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villa (población)
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Es uno de los pocos lugares de toda España en el que la continuidad de población se conoce desde la prehistoria. Zona que mantenía la población gracias a la extrema riqueza de sus tierras y a su estratégica situación, nudo articulador entre los territorios actuales de Cádiz, Sevilla y Málaga.
Gracias a su situación y a la continuidad de población antes citados, el término municipal es un gran yacimiento. La Vega del Guadalete forma una terraza plagada de yacimientos paleolíticos.
En los llanos de Villamartín encontramos la gran necrópolis megalítica denominada Campo Dolménico de Alberite, conjunto de sepulcros megalíticos de galería, que sitúa los orígenes más remotos de población en el término de Villamartín en el V milenio A.C. Cinco han sido los dólmenes localizados hasta hoy. Sólo uno ha sido excavado, hasta ahora.
Coronando nuestra ciudad, encontramos la Ciudad Tartésica de Torrevieja, que domina los alrededores con inmejorables vistas.
Por ser Villamartín cruce de varias calzadas romanas, existe una infinidad de yacimientos romanos. Los restos visigóticos, que se conservan en algunos lugares de la localidad, nos confirman también esta presencia en nuestras tierras.
Pero son los restos árabes y cristianos, los mas cercanos a nuestra época.
A partir del S. VIII de nuestra era, la región queda bajo control musulmán. Los Campos de Matrera, denominación del término municipal, entraron a formar parte de la Cara de Ronda. La proximidad de Arcos, perteneciente a la Cora de Medina impulsaron a Omar Ben Hafsun, a finales del siglo IX, a construir la fortaleza de Matrera para, desde ella, defender Iptuci, la ciudad más avanzada de la Cara de Ronda.
Construido durante la rebelión muladí, sufrió un incesante cambio de manos entre cristianos y árabes.
La ocupación de Sevilla por Fernando III en 1248 llevó a la anexión de la zona del Guadalete. Su hijo Alfonso X, inició una campaña, en 1253, con la ayuda de la Orden Militar de Calatrava, eliminando a los jefes musulmanes locales. El 10 de junio de 1256, Alfonso X donó el Castillo y todo su término a la citada Orden, que lo había conquistado al mando de su Maestre Pedro Yánez.
La primera constancia de Villamartín como núcleo urbano es del año 1284, en que el Rey D. Sancho otorgó un privilegio a Sevilla, confirmando otro de su padre Alfonso X, concediéndole una serie de lugares entre los cuales está Villamartín. La pérdida de la fortaleza de Matrera, dio al traste con este intento repoblador.
En fecha aún no determinada (Sánchez Saus cree que en 1296, Hernández Parrales la sitúa en 1322), los Campos de Matrera vuelven a manos musulmanas, permaneciendo así hasta que Alfonso XI en 1341 la toma de nuevo junto a Alcalá de Benzaide, Priego, Rute y Benamejí.
Mediante un privilegio rodado firmado en Tordesillas el 1 de abril de 1342, el rey Alfonso cedió Matrera y su término al Cabildo de la ciudad de Sevilla, poblándose de nuevo la villa. La fuerte inestabilidad de la "banda morisca" hizo que tampoco prosperara este intento.
En 1408, el Rey de Granada, desde Zahara, fracasó en su intento de conquistar de nuevo Matrera. En 1421, Juan Ortega, jurado sevillano, se comprometió a poblar de nuevo la villa y consta que Guillén de las Casas financió la construcción del nuevo asentamiento, incluida una torre, que en 1434 poseía el citado Guillen, hijo de Fernán Peraza.
En 1445 sufrió la fortaleza un nuevo asedio a manos del Rey granadino Mohamed Aben Ozmin, que hizo fracasar el Duque de Arcos.
De nuevo, en 1452 se producen combates en el Encinar de Mataparda, que gana el Duque de Arcos y en 1482 tiene lugar la batalla del "Lomo del judío".
En 1486 se produjo un litigio entre Inés Peraza y el Concejo de Sevilla de tal calibre que tuvieron que intervenir los Reyes Católicos. En una carta de "El Tumbo de los Reyes Católicos del Consejo de Sevilla" se desprende que Inés Peraza poseía el lugar de Villamartín, concedido a condición de elevar una fortaleza en él.
Sevilla había tomado por la fuerza el lugar y expulsado a Inés y su familia. El 20 de mayo de 1486, los Reyes Católicos ordenan restituir el lugar a Inés Peraza. Se desconoce el final del litigio, pero en 1503, la mencionada torre, el Castillo de Matrera y sus tierras eran parte de los propios de Sevilla.
La caída de Zahara (1483) Y de Ronda (1485) hacen que la frontera se traslade hacia el este y el Campo de Matrera deje de ser territorio fronterizo y, en consecuencia, vuelva a ser repoblado.
Después de la caída de Granada, tres poderes militares ocuparon estos territorios vírgenes: Sevilla, en la fortaleza de Matrera, la familia Peraza en la Torre de Villamartín y el Marqués de Cádiz en el Castillo de Hortales.
La fundación del Villamartín moderno data del 4 de febrero de 1503, cuando el Cabildo de Sevilla decide poblar las tierras del Campo de Matrera, cediéndoselas a 118 pobladores, procedentes de pueblos de los alrededores.
La escritura de CartaPuebla fue firmada por Martín Hernández de Morón, vecino de Bornos, en nombre de 88 vecinos, Diego Sánchez Armario, en nombre de otros 6, Benito Sánchez, por otros 9, Pedro Martín Cantillana, por 9 y Juan Martín Madroñal y Juan González Calvo par la totalidad del vecindario, que procedía de El Arahal, Marón, Mairena, Los Molares, El Coronil, Arcos, Olvera y Bornos, principalmente.
Llama la atención un grupo de 5 vecinos procedentes de El Endrinal (Salamanca) y otro grupo procedente del Aljarafe y el Condado de Huelva.
Más tarde estos colonos fueron despojados de las tierras y reclamaron a Sevilla el cumplimiento de la Carta Puebla.
A pesar de la sentencia favorable a Villamartín, las reclamaciones sevillanas, por una parte, y la usurpación de la voluntad del común de vecinos por parte de un pequeño grupo de poderosos locales que estuvo beneficiándose de esa situación, por otra, prologaron el litigio durante tres siglos.
Lo inició Martín Infantes, el 22 de marzo de 1547, en nombre del Concejo y pueblo de Villamartín ante la Real Chancillería de Granada y lo terminó el Consejo de Castilla el 9 de febrero de 1818, asumiendo las sentencias previas de la Chancillería de Granada de 1558 Y 1806. Este proceso judicial, que duró casi 300 años, se conoce popularmente como "El Pleito de Matrera" y es el pleito mas largo de la historia de España.
Gracias a su situación y a la continuidad de población antes citados, el término municipal es un gran yacimiento. La Vega del Guadalete forma una terraza plagada de yacimientos paleolíticos.
En los llanos de Villamartín encontramos la gran necrópolis megalítica denominada Campo Dolménico de Alberite, conjunto de sepulcros megalíticos de galería, que sitúa los orígenes más remotos de población en el término de Villamartín en el V milenio A.C. Cinco han sido los dólmenes localizados hasta hoy. Sólo uno ha sido excavado, hasta ahora.
Coronando nuestra ciudad, encontramos la Ciudad Tartésica de Torrevieja, que domina los alrededores con inmejorables vistas.
Por ser Villamartín cruce de varias calzadas romanas, existe una infinidad de yacimientos romanos. Los restos visigóticos, que se conservan en algunos lugares de la localidad, nos confirman también esta presencia en nuestras tierras.
Pero son los restos árabes y cristianos, los mas cercanos a nuestra época.
A partir del S. VIII de nuestra era, la región queda bajo control musulmán. Los Campos de Matrera, denominación del término municipal, entraron a formar parte de la Cara de Ronda. La proximidad de Arcos, perteneciente a la Cora de Medina impulsaron a Omar Ben Hafsun, a finales del siglo IX, a construir la fortaleza de Matrera para, desde ella, defender Iptuci, la ciudad más avanzada de la Cara de Ronda.
Construido durante la rebelión muladí, sufrió un incesante cambio de manos entre cristianos y árabes.
La ocupación de Sevilla por Fernando III en 1248 llevó a la anexión de la zona del Guadalete. Su hijo Alfonso X, inició una campaña, en 1253, con la ayuda de la Orden Militar de Calatrava, eliminando a los jefes musulmanes locales. El 10 de junio de 1256, Alfonso X donó el Castillo y todo su término a la citada Orden, que lo había conquistado al mando de su Maestre Pedro Yánez.
La primera constancia de Villamartín como núcleo urbano es del año 1284, en que el Rey D. Sancho otorgó un privilegio a Sevilla, confirmando otro de su padre Alfonso X, concediéndole una serie de lugares entre los cuales está Villamartín. La pérdida de la fortaleza de Matrera, dio al traste con este intento repoblador.
En fecha aún no determinada (Sánchez Saus cree que en 1296, Hernández Parrales la sitúa en 1322), los Campos de Matrera vuelven a manos musulmanas, permaneciendo así hasta que Alfonso XI en 1341 la toma de nuevo junto a Alcalá de Benzaide, Priego, Rute y Benamejí.
Mediante un privilegio rodado firmado en Tordesillas el 1 de abril de 1342, el rey Alfonso cedió Matrera y su término al Cabildo de la ciudad de Sevilla, poblándose de nuevo la villa. La fuerte inestabilidad de la "banda morisca" hizo que tampoco prosperara este intento.
En 1408, el Rey de Granada, desde Zahara, fracasó en su intento de conquistar de nuevo Matrera. En 1421, Juan Ortega, jurado sevillano, se comprometió a poblar de nuevo la villa y consta que Guillén de las Casas financió la construcción del nuevo asentamiento, incluida una torre, que en 1434 poseía el citado Guillen, hijo de Fernán Peraza.
En 1445 sufrió la fortaleza un nuevo asedio a manos del Rey granadino Mohamed Aben Ozmin, que hizo fracasar el Duque de Arcos.
De nuevo, en 1452 se producen combates en el Encinar de Mataparda, que gana el Duque de Arcos y en 1482 tiene lugar la batalla del "Lomo del judío".
En 1486 se produjo un litigio entre Inés Peraza y el Concejo de Sevilla de tal calibre que tuvieron que intervenir los Reyes Católicos. En una carta de "El Tumbo de los Reyes Católicos del Consejo de Sevilla" se desprende que Inés Peraza poseía el lugar de Villamartín, concedido a condición de elevar una fortaleza en él.
Sevilla había tomado por la fuerza el lugar y expulsado a Inés y su familia. El 20 de mayo de 1486, los Reyes Católicos ordenan restituir el lugar a Inés Peraza. Se desconoce el final del litigio, pero en 1503, la mencionada torre, el Castillo de Matrera y sus tierras eran parte de los propios de Sevilla.
La caída de Zahara (1483) Y de Ronda (1485) hacen que la frontera se traslade hacia el este y el Campo de Matrera deje de ser territorio fronterizo y, en consecuencia, vuelva a ser repoblado.
Después de la caída de Granada, tres poderes militares ocuparon estos territorios vírgenes: Sevilla, en la fortaleza de Matrera, la familia Peraza en la Torre de Villamartín y el Marqués de Cádiz en el Castillo de Hortales.
La fundación del Villamartín moderno data del 4 de febrero de 1503, cuando el Cabildo de Sevilla decide poblar las tierras del Campo de Matrera, cediéndoselas a 118 pobladores, procedentes de pueblos de los alrededores.
La escritura de CartaPuebla fue firmada por Martín Hernández de Morón, vecino de Bornos, en nombre de 88 vecinos, Diego Sánchez Armario, en nombre de otros 6, Benito Sánchez, por otros 9, Pedro Martín Cantillana, por 9 y Juan Martín Madroñal y Juan González Calvo par la totalidad del vecindario, que procedía de El Arahal, Marón, Mairena, Los Molares, El Coronil, Arcos, Olvera y Bornos, principalmente.
Llama la atención un grupo de 5 vecinos procedentes de El Endrinal (Salamanca) y otro grupo procedente del Aljarafe y el Condado de Huelva.
Más tarde estos colonos fueron despojados de las tierras y reclamaron a Sevilla el cumplimiento de la Carta Puebla.
A pesar de la sentencia favorable a Villamartín, las reclamaciones sevillanas, por una parte, y la usurpación de la voluntad del común de vecinos por parte de un pequeño grupo de poderosos locales que estuvo beneficiándose de esa situación, por otra, prologaron el litigio durante tres siglos.
Lo inició Martín Infantes, el 22 de marzo de 1547, en nombre del Concejo y pueblo de Villamartín ante la Real Chancillería de Granada y lo terminó el Consejo de Castilla el 9 de febrero de 1818, asumiendo las sentencias previas de la Chancillería de Granada de 1558 Y 1806. Este proceso judicial, que duró casi 300 años, se conoce popularmente como "El Pleito de Matrera" y es el pleito mas largo de la historia de España.
Ciudades cercanas:
Coordenadas: 36°51'44"N 5°38'37"W
- Arcos de la Frontera 20 km
- El Puerto de Santa María 63 km
- Villafranca de los Barros 200 km
- Villanueva de la Serena 237 km
- Don Benito 237 km
- brisamar 264 km
- Cáceres 304 km
- Plasencia 357 km
- Ciudad Rodrigo (Castilla y León) 425 km
- Arouca 509 km
- Villamartín 1.5 km
- Arroyo Alberite 5.5 km
- Bornos 6.2 km
- Embalse de Bornos 7.2 km
- Colada de Bornos a Ronda ( cortada por embalse) 7.4 km
- Espera 14 km
- paraje natural " Cola del Pantano de Arcos" 15 km
- Arcos de la Frontera 15 km
- Cantera de Arenas Siliceas 16 km
- Contraembalse de Arcos 17 km