Complejo residencial "Lantana" Antiguo Seminario de Pilas (Pilas)
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Situado a las afueras del pueblo, próximo a la carretera de Villamanrique de la Condesa, ocupa una superficie que sobrepasa las quince hectáreas. Posteriores y próximas construcciones de carácter residencial "viviendas unifamiliares aisladas o entre medianeras- no impiden que el conjunto se imponga, por escala y claridad de la intervención, sobre su entorno en transformación. La suave topografía descendiendo hacia la cuenca del Guadiamar favorece la relación de esta arquitectura con su paisaje más inmediato, sobrepasando, sin que sus volúmenes sean de escalas imponentes o desmesuradas, las nuevas construcciones.
El seminario se sustenta en la idea de una adecuada funcionalidad, ya ensayada y comprobada en otros ejemplos de la arquitectura sevillana contemporánea como la Universidad Laboral que diseñara dos décadas antes OTAISA. Estudiados los recorridos y las funciones, el seminario se organiza en varios edificios independientes, favoreciendo la creación de espacios abiertos ajardinados que obligan al contacto de sus residentes con la naturaleza. Las condiciones climáticas y topográficas se reflejan en estos espacios abiertos y en la proliferación de galerías cubiertas, expresión arquitectónica de los recorridos y de las relaciones funcionales que se producen entre espacios libre y edificios. Las dimensiones, la disposición en planta y en menor medida, la diversidad de forma y escala de los edificios, especialmente la Capilla, son los principales instrumentos utilizados por el arquitecto para crear variedad y distinción entre distintas zonas, dentro de la extensa superficie que ocupa el seminario.
Accediendo por la avenida Pío XII, a la izquierda se situaron las zonas de clases y de dormitorios. Los edificios destinados a dormitorios poseen tres plantas, siendo exentos los dos más alejados de la entrada mientras que el tercero compone con las clases un conjunto que dibuja una planta en "U" con patio abierto hacia el norte. Los tres edificios de dormitorios respondían a la división en grupos según las edades de los seminaristas, alejándose del edificio de las clases a medida que la edad de los estudiantes era mayor. El destinado a los mayores se construyó sobre pilares, liberando la planta baja para que el jardín continuase bajo del edificio como espacio protegido con mal tiempo. La zona destinada a clases posee dos plantas de altura y su orientación se debe a la búsqueda del sol en invierno y de los vientos dominantes procedentes del mar en verano.
Al lado derecho se situó un conjunto de edificios destinados a administración, zona de profesores, salón de actos, comedor y zona rectoral. La organización de estas funciones determinó que los bloques se dispusiesen cerrando un espacio central de planta cuadrada. Las distintas alturas precisas en cada caso para desarrollar el programa exigen una uniformidad en el tratamiento de las fachadas reforzada por la incorporación, en planta baja, de una galería cubierta que cierra el conjunto y articula convenientemente a la escala de la persona las transiciones entre edificios.
Las secciones que de esta parte del seminario pueden realizarse siguiendo las dos direcciones principales, dibujarían la articulación volumétrica que, procediendo del programa, atiende también a las condiciones del entorno inmediato. Los dos edificios más bajos, paralelos a la avenida Pío XII -alineado al vial el salón de actos y en su frente el comedor-, permiten que tanto la zona rectoral como la administrativa cierren con su mayor altura el fondo de un espacio abierto pensado como un interior al concentrar toda la atención en los edificios que lo delimitan. En este caso, la contemplación del paisaje exterior ha de realizarse desde las distintas estancias que se proyectan en los edificios. Entre la zona de dormitorios y aulas y la zona de administrativa, un gran espacio abierto, y en directa relación con la calle, se cierra con la Capilla. El altar, situado al fondo, fue aprovechado por el arquitecto para potenciar al máximo la especialidad interior, al ir progresivamente subiendo el techo, pero también al descender el suelo ajustándolo a la pendiente del terreno. La sección longitudinal descubre también un delicado juego de alturas en la entrada aprovechando la galería cubierta que de nuevo es utilizada para rodear el gran patio exterior entre la Capilla y la calle. Al espacio único y principal de la Capilla se añaden otros laterales destinados a capillas menores, que junto a los confesionarios y el altar componen una arquitectura interior en equilibrio con la exterior. La terminación con ladrillo visto y piezas prefabricadas como material de cualificación de sus superficies siguen la línea de austeridad que distinguen en general a las iglesias y capillas que en otros colegios y barriadas también construyera Fernando Barquín.
En la composición del conjunto intervienen también las masas vegetales, con árboles de hojas perennes "pinos- que entran en la delimitación y cualificación de los espacios abiertos y dan continuidad a la naturaleza y al paisaje en el que se enclava el seminario.
A partir del año 1991, el seminario se transformó en un complejo residencial que se oferta como pensión y como hotel de dos estrellas. Con 114 habitaciones, está especialmente destinado a grupos para encuentros y reuniones. Desde entonces su denominación es Complejo Reisdencial Lantana. Sigue siendo propiedad de la Diócesis y no se han realizado transformaciones que supongan alteraciones sustanciales de la obra que dirigiese Fernando Barquín.
El seminario se sustenta en la idea de una adecuada funcionalidad, ya ensayada y comprobada en otros ejemplos de la arquitectura sevillana contemporánea como la Universidad Laboral que diseñara dos décadas antes OTAISA. Estudiados los recorridos y las funciones, el seminario se organiza en varios edificios independientes, favoreciendo la creación de espacios abiertos ajardinados que obligan al contacto de sus residentes con la naturaleza. Las condiciones climáticas y topográficas se reflejan en estos espacios abiertos y en la proliferación de galerías cubiertas, expresión arquitectónica de los recorridos y de las relaciones funcionales que se producen entre espacios libre y edificios. Las dimensiones, la disposición en planta y en menor medida, la diversidad de forma y escala de los edificios, especialmente la Capilla, son los principales instrumentos utilizados por el arquitecto para crear variedad y distinción entre distintas zonas, dentro de la extensa superficie que ocupa el seminario.
Accediendo por la avenida Pío XII, a la izquierda se situaron las zonas de clases y de dormitorios. Los edificios destinados a dormitorios poseen tres plantas, siendo exentos los dos más alejados de la entrada mientras que el tercero compone con las clases un conjunto que dibuja una planta en "U" con patio abierto hacia el norte. Los tres edificios de dormitorios respondían a la división en grupos según las edades de los seminaristas, alejándose del edificio de las clases a medida que la edad de los estudiantes era mayor. El destinado a los mayores se construyó sobre pilares, liberando la planta baja para que el jardín continuase bajo del edificio como espacio protegido con mal tiempo. La zona destinada a clases posee dos plantas de altura y su orientación se debe a la búsqueda del sol en invierno y de los vientos dominantes procedentes del mar en verano.
Al lado derecho se situó un conjunto de edificios destinados a administración, zona de profesores, salón de actos, comedor y zona rectoral. La organización de estas funciones determinó que los bloques se dispusiesen cerrando un espacio central de planta cuadrada. Las distintas alturas precisas en cada caso para desarrollar el programa exigen una uniformidad en el tratamiento de las fachadas reforzada por la incorporación, en planta baja, de una galería cubierta que cierra el conjunto y articula convenientemente a la escala de la persona las transiciones entre edificios.
Las secciones que de esta parte del seminario pueden realizarse siguiendo las dos direcciones principales, dibujarían la articulación volumétrica que, procediendo del programa, atiende también a las condiciones del entorno inmediato. Los dos edificios más bajos, paralelos a la avenida Pío XII -alineado al vial el salón de actos y en su frente el comedor-, permiten que tanto la zona rectoral como la administrativa cierren con su mayor altura el fondo de un espacio abierto pensado como un interior al concentrar toda la atención en los edificios que lo delimitan. En este caso, la contemplación del paisaje exterior ha de realizarse desde las distintas estancias que se proyectan en los edificios. Entre la zona de dormitorios y aulas y la zona de administrativa, un gran espacio abierto, y en directa relación con la calle, se cierra con la Capilla. El altar, situado al fondo, fue aprovechado por el arquitecto para potenciar al máximo la especialidad interior, al ir progresivamente subiendo el techo, pero también al descender el suelo ajustándolo a la pendiente del terreno. La sección longitudinal descubre también un delicado juego de alturas en la entrada aprovechando la galería cubierta que de nuevo es utilizada para rodear el gran patio exterior entre la Capilla y la calle. Al espacio único y principal de la Capilla se añaden otros laterales destinados a capillas menores, que junto a los confesionarios y el altar componen una arquitectura interior en equilibrio con la exterior. La terminación con ladrillo visto y piezas prefabricadas como material de cualificación de sus superficies siguen la línea de austeridad que distinguen en general a las iglesias y capillas que en otros colegios y barriadas también construyera Fernando Barquín.
En la composición del conjunto intervienen también las masas vegetales, con árboles de hojas perennes "pinos- que entran en la delimitación y cualificación de los espacios abiertos y dan continuidad a la naturaleza y al paisaje en el que se enclava el seminario.
A partir del año 1991, el seminario se transformó en un complejo residencial que se oferta como pensión y como hotel de dos estrellas. Con 114 habitaciones, está especialmente destinado a grupos para encuentros y reuniones. Desde entonces su denominación es Complejo Reisdencial Lantana. Sigue siendo propiedad de la Diócesis y no se han realizado transformaciones que supongan alteraciones sustanciales de la obra que dirigiese Fernando Barquín.
Ciudades cercanas:
Coordenadas: 37°17'44"N 6°17'49"W
- Las Terrazas de Montelar 24 km
- Urbanización Piscina Parque El Porvenir 29 km
- Alcázar de Sevilla 29 km
- Residencial El Rocío 40 km
- Bda. El Tinte 47 km
- Residencial Nodroma 52 km
- Yeguada Juan Luis Garrido e Hijos 84 km
- Hoagar San José 121 km
- Cortijo de la Viña de los Matos 178 km
- Tentadero Cortijo de la Encomendiña 182 km
- El campillo 3.8 km
- Las Minas Golf 5.2 km
- Corredor Verde del Guadiamar (Área afectada por lodos piríticos debido al desastre de Aznalcollar) 7.4 km
- Finca Cortijo La Cigüeña. Ganaderia LUIS ALGARRA POLERA. 10 km
- Aeródromo La Juliana 12 km
- Finca Partido de Resina. Ganaderia PARTIDO DE RESINA (ANTES PABLO ROMERO) 13 km
- Laguna de la Dehesa de Abajo 14 km
- Finca Hato Blanco Viejo. Ganaderia CAMPOS PEÑA, HATO BLANCO. 15 km
- Cortijo La Vuelta del Cojo. Antigua finca donde pastaba la ganaderia PEREZ DE LA CONCHA 18 km
- Área afectada por aguas ácidas debido al desastre de Aznalcollar 24 km
El campillo
Las Minas Golf
Corredor Verde del Guadiamar (Área afectada por lodos piríticos debido al desastre de Aznalcollar)
Finca Cortijo La Cigüeña. Ganaderia LUIS ALGARRA POLERA.
Aeródromo La Juliana
Finca Partido de Resina. Ganaderia PARTIDO DE RESINA (ANTES PABLO ROMERO)
Laguna de la Dehesa de Abajo
Finca Hato Blanco Viejo. Ganaderia CAMPOS PEÑA, HATO BLANCO.
Cortijo La Vuelta del Cojo. Antigua finca donde pastaba la ganaderia PEREZ DE LA CONCHA
Área afectada por aguas ácidas debido al desastre de Aznalcollar