Catedral Fortificada de Almería (Almeria)

 catedral, iglesia

Tras el trágico terremoto de 1522, y a instancias de su obispo fundador Fray Diego Fernández de Villalán, comienza a construirse en 1524 la nueva catedral en el antiguo arrabal de la Musalla. Su característico aspecto de catedral-fortaleza, la dotará de una gran singularidad entre las catedrales de la Península Ibérica del S. XVI, dado que además del culto, cumplía una función defensiva, protegiendo a la población de los frecuentes ataques de piratas berberiscos, turcos y moriscos.

En su exterior, renacentista, se observa con detalle su aspecto fortificado, concentrándose la decoración en su portada principal. Las capillas de la girola (San Indalecio, Cristo de la Escucha y Virgen de la Piedad), son al exterior auténticos baluartes defensivos. En la del Cristo de la Escucha, se puede admirar el popularmente llamado “Sol de Portocarrero”, uno de los símbolos más representativos de la ciudad.

En el interior, de finales del gótico, se combinan diferentes estilos artísticos, renacentista (S. XVI: sillería del coro y sacristía), barroca (S. XVII-XVIII: Altar Mayor, con el templete presidiéndolo), y neoclásico (final del S. XVIII: trascoro, con un magnífico retablo construido en mármoles de diversos colores y el claustro porticado). De las capillas de la girola anteriormente mencionadas, destaca la del Santo Cristo de la Escucha que alberga el sepulcro en mármol del obispo fundador, obra renacentista del S. XVI.