Palacio de Las Cumbres

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Las Cumbres es uno de los prototipos de cortijo señorial del sur de la península construido por la aristocracia terrateniente en los tiempos de la desamortización de Mendizábal. Sus arcos apuntados, su espléndido torreón del siglo XVIII y los magníficos y suntuosos salones con abundancia de antigüedades de cuyas paredes cuelgan tapices y cuadros de reconocidos artistas como Madrazo o Vicente López lo convierten en uno de los monumentos mejor conservados en su género, el de las casas señoriales de campo y el de los cortijos y haciendas del sur de España.

Su buena conservación se debe a los esfuerzos de su propietario el Marqués de Retortillo y Conde de Almaraz, don Julián de Retortillo y Pérez de Barradas, acaudalado terrateniente y propietario y Secretario General de los Sindicatos Católicos Agrarios de la JONS ,que adquirió la Dehesa de Valgallegos de 1700 hectáreas, que alberga el palacio construido por los anteriores propietarios, los Duques de Santo Buono, con portada original de Ribera, declarado Patrimonio Histórico Artístico en 1969. Su esposa María Eugenia de Silva y Sánchez de Ocaña, hija del Conde de Palma del Río, y de doña Eugenia Sánchez de Ocaña y Acedo-Rico, de la familia de los Condes de la Cañada y de los Marqueses de la Habana y de Guadalest, se vio obligada a pleitear con la Junta de Extremadura por la propiedad de la espléndida finca.

En la actualidad la Dehesa de Valgallegos, donde se ubica el palacio de Las Cumbres pertenece a sus descendientes, la familia Domínguez de Retortillo, que ostentan el título de Condes de Almaraz, quienes dedican la heredad a la actividad cinegética, tanto a la caza mayor como menor, el palacio, así como parte de la finca fue vendida hace unos años al empresario Pedro Manuel Román, concretamente 800 hectáreas, siendo habitada por sus propietarios en determinadas épocas del año.

La Dehesa de Valgallegos, de 1700 hectáreas de extensión, está enclavada en plena Sierra de San Pedro, cercana a la localidad de Alburquerque, es amén de un coto de caza visitado por ilustres escopetas , una de las principales explotaciones de corcho de la zona.

Las Cumbres, aparte de tener un patrimonio artístico considerable, posee una belleza natural espléndida, la Sierra de San Pedro puede considerarse, sin lugar a dudas, la mejor representación de la fauna y flora asociada al bosque y matorral mediterráneo de Extremadura y posiblemente de la Península Ibérica, tanto por el favorable estado de conservación de los hábitats naturales como por la presencia de gran número de especies amenazadas, que encuentran aquí uno de sus principales reductos.

Las sierras conservan en sus laderas una densa vegetación que progresivamente ha sido aclarada por el hombre dando lugar a las dehesas y a otras etapas más degradadas de matorral y pastizal. Dichas sierras destacan sobre el paisaje por estar rodeadas de terrenos suavemente alomados, como es el caso de los Llanos de Brozas y de Cáceres en su límite norte.