Yacht Club de Olivos

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A principios de siglo Olivos era un punto de paso en el camino de Buenos Aires a Tigre, constituido por viejas quintas, la costa y el río. El puerto era en ese entonces muy diferente del actual, ya que poseía el espigón sur en la prolongación de la calle Corrientes pero faltaba el espigón norte. El Club Náutico Olivos era una isla a la que se accedía en bote desde un embarcadero ubicado frente a la calle Sturiza. Una plaza muy bien cuidada podía verse en toda la zona que hoy ocupan las areneras. Este puerto fue edificado para concentrar el movimiento de explosivos y en él recalaban habitualmente las goletas que llegaban de la rada exterior con su peligrosa carga. En ese marco, gracias al empuje de un grupo de jóvenes el 4 de abril de 1927 nació el Yacht Club Olivos, cuyo primer comodoro fue el destacado deportista Carlos Collet.

Nueve meses después, el 29 de enero de 1928, se inauguró la primera sede social del club en la playa sur de Olivos, sobre la calle Corrientes, próxima al emplazamiento de la actual Escuela de la Prefectura Naval Argentina. Era una excelente construcción de paneles aglomerados, que contaba con una rambla frente al río, donde se alzaba el mástil, y estaba montada sobre pilares de madera. Esto le valió el mote de "casilla", con el que los primeros socios solían referirse al edificio.

LOS PRIMEROS BARCOS

Casi para la misma época nació la flotilla de embarcaciones del club. Se optó por la Clase Río de la Plata, que desde antiguo había demostrado sus aptitudes para las aguas de nuestro estuario.

Se llegó a contar con siete barcos, que originalmente poseían velas de algodón y aparejos guayra, que posteriormente se transformaron en bermuda con paño de dacron. Permitieron la presencia permanente de las tripulaciones en las competencias de la clase o bien en cruceros por la costa uruguaya portando un "lomo de ballena", el cajón con la vajilla y el legendario calentador Primus, más alguna colchoneta para tender sobre las tablas del piso. Posteriormente la flota del club se incrementó con barcos de las clases 4.50 y Orca.

La actividad náutica se iniciaba rigurosamente cada 12 de octubre para cerrar en abril del año siguiente. En los primeros años las regatas se largaban desde la cabecera del espigón del puerto, posteriormente se comenzaron a emplear lanchas para la comisión de regata y para fondear las marcas.

LA NUEVA SEDE

El 15 de abril de 1940 se produjo la mayor creciente registrada en nuestro río: 4.40 m sobre el cero. En Olivos el agua llegó hasta las vías del ferrocarril. La avenida Libertador era un furioso canal que arrastraba violentamente todo lo que entraba en su cauce.

Los barcos del puerto rompieron amarras. Alguno varó sobre el espigón Este del puerto y los más pequeños, entre los que se encontraban los de la novísima flotilla de la clase 4.50, aparecieron tumbados sobre los sauces de la costa. La 'casilla de lujo" resultó seriamente dañada. Se cayó el mástil sobre el techo y cedieron los pilares.

Para ese entonces apareció en el puerto "Fantasio", un edificio de lineas atrevidas para la época, que intentó ser una fulgurante boite y restaurante pero no respondió a las expectativas de sus propietarios. Muy pronto se cerraron las puertas del pretencioso establecimiento. Estaba clausurado y sin perspectivas cuando el YCO buscaba una nueva sede en reemplazo de la primera, maltrecha por la creciente, y que ya quedaba pequeña a las exigencias que imponía el crecimiento de la institución. Fantasio estaba en venta; el club no tenía los fondos necesarios pero existían buenas posibilidades de créditos. Después de muchos cálculos, discusiones y gestiones se firmó la escritura por la que el YCO entró en posesión del discutido edificio, con su famoso salón de fiestas y su legendaria pista levadiza y giratoria. La sede sufrió posteriormente sucesivas modificaciones para adaptarla a su nueva función, y se agregaron nuevos edificios y terrenos lindantes que permitieron alcanzar la orilla del río.

LAS COMPETENCIAS

A partir de ese momento el protagonismo del YCO dentro del yachting argentino fue creciendo. Se levantaron tinglados y se instalaron plumas para las clases menores. Se construyó una lancha importante, la Argos, para apoyar las competencias que, sin distinguir entre verano e invierno, se sucedían cada fin de semana. Se formó la primera flotilla de la novedosa clase 505, que lo eligió como sede de su campeonato mundial en enero de 1969. Ese mismo año el YCO, donde funcionaba la Asociación Argentina de Lightning, fue sede y coorganizador del campeonato sudamericano y del mundial de este monotipo.

También en la década del 60, y por iniciativa del YCO, nace en el país la clase Internacional Penguin, que celebra en las aguas de Olivos sus sudamericanos de 1965, 1968 y 1971, así como sus mundiales de 1970 y 1976. Los snipes tuvieron su primer mundial junior en 1975 en el YCO, oportunidad en que tanto el primero como el segundo puesto correspondieron a representantes de la institución, los hermanos Torkel y Gabriel Bórgstron, respectivamente. El YCO llegó a ser el primer club organizador en la Argentina de campeonatos sudamericanos y mundiales de clases monotipos internacionales.

El club también colaboró con el desarrollo de la tradicional clase Grumete y de las internacionales Star y Optimist. El primer optimist que se vio en nuestro país fue de construcción nacional y realizado por encargo del Yacht Club Olivos.

Desde 1980 se viene realizando anualmente el Grand Prix Luis Alberto Cerrato para las clases Optimist Timoneles, Optimist Principiantes, Cadet, Europa, Snipe, Lasei, Lightuing, 470 y J24. En 1998 intervinieron más de 400 embarcaciones divididas en cinco canchas de regata, constituyéndose así en uno de los eventos más importantes de Sudamérica, tanto por el número de participantes como por la calidad de los mismos.

En 1982 el YCO comenzó a incursionar en la organización de competencias oceánicas con la creación de la regata Olivos-Fíorianópolis, que actualmente se lleva a cabo combinada con la regata Olivos-Punta del Este. En el año en curso, junto con otros clubes, organizó la primera edición de la regata Olivos-Puerto Buceo-Piriápolis. Hoy en día fiscaliza gran parte de las competencias que se realizan en el Rio de la Plata.