Gran Melia Don Pepe 5* (Marbella)
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José Meliá
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World / Spain / Andalucía / Málaga / n.a. (184)
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El hotel Meliá Don Pepe se ubica en primera línea de playa en el término municipal de Marbella, en un solar de 2.250 metros cuadrados con una topografía prácticamente horizontal. La normativa vigente en los años sesenta le obligaba a realizar el bloque perpendicular al mar, permitiendo únicamente las dos primeras plantas con su fachada principal paralela a la costa. El objetivo de esta normativa era que los edificios situados en primera línea no obstaculizaran las vistas a aquellos construidos en segunda o tercera línea. El argumento mantenido por el arquitecto es que la horizontalidad del terreno hacía que dichas vistas ya estuvieran comprometidas con las dos primeras plantas, apostando desde el principio por situar la construcción paralelo a la costa . El proyecto plantea un edificio compacto paralelo al mar, con dos primeras plantas que albergan los servicios comunes del hotel y otras siete plantas de habitaciones, con 32 habitaciones por planta. Su geometría es alargada, aunque evita una única geometría recta, creando un punto de inflexión curvo en el volumen. Este recurso evitaba la percepción de pasillos infinitos, estableciendo límites visuales en las galerías de las habitaciones tratándose de un recurso formal bastante habitual en el proyecto moderno.
En las plantas de habitaciones se opta por colocar una sola línea de habitaciones con fachada hacia el sur, decisión que permite una ventilación cruzada norte-sur, minimizando el uso de la climatización en el edificio. Sólo en la zona de la curva el proyecto añade habitaciones individuales en la fachada Norte, definiendo de esta manera un volumen añadido, hacia la fachada de acceso. Dicha fachada Norte se resuelve con un alto grado de opacidad, en la que las habitaciones carecen de balcones. La fachada hacia el sur es en contraste totalmente abierta hacia las vistas y el soleamiento del sur, teniendo el elemento balcón como módulo básico de dicho plano. Los balcones enfatizan una lectura horizontal del edificio, direccionalidad avalada con una pérgola de hormigón que en segunda planta remata el volumen de las estancias comunes y marca el arranque de las plantas dedicadas a habitaciones.
Los únicos usos que no se engloban dentro del volumen principal son una sala de fiestas y un bar que quedan vinculados a las distintas piscinas "de niños, nadadores y saltos-. Dada la horizontalidad del terreno y para no obstaculizar las vistas, la sala de fiestas se proyecta bajo rasante aunque con vistas hacia el mar aprovechando el cambio de pendiente justo en el comienzo de la playa, siendo la cubierta del bar, a base de paraboloides hiperbólicos los únicos elementos que emergen del volumen, volviendo a insistir en el uso de superficies curvas en el proyecto. El hecho de enterrar la sala de fiestas también le permitió establecer una conexión visual con el vaso de la piscina, que se resolvió con cristal aportando a la sala de fiesta un aire sumamente tecnológico y exótico tan en sintonía con el espejismo de modernidad y elitismo que estos complejos trataban de generar. El diseño de la jardinería se realizó junto con Antonio Martín y englobaba tanto las zonas de entrada, patios interiores de zonas de vestíbulo y jardines hacia el mar. En cuanto a las instalaciones, además de la consideración del control térmico antes comentada, una de las preocupaciones fue la instalación del saneamiento. Se trataba en los años sesenta de un problema generalizado y que el arquitecto resuelve con un sistema de depuración propio del hotel para las aguas residuales que luego eran vertidas al mar.
El arquitecto se encargó así mismo del diseño de todos los elementos de forja, madera y metálicos que conformaban la totalidad de las carpinterías así como la decoración de las habitaciones y de los espacios comunes, elementos que en su totalidad tuvieron que realizarse artesanalmente debido a la inexistencia en estos momentos de elementos estandarizados de construcción.
Con el Hotel Don Pepe, la cadena Meliá ofrece un producto hotelero dirigido a las élites europeas y con el que se pretendía crear una inercia en la calidad arquitectónica de los hoteles de la Costa del Sol. Es importante resaltar que tanto el arquitecto como el promotor apostaron con éxito por la modernidad como icono del hotel Don Pepe, símbolo de la élite y de la excelencia. Frente a las arquitecturas del espectáculo turístico guiados por una tematización en muchos casos kitsch, la solidez y modernidad de la propuesta arquitectónica del Don Pepe, que hoy se presenta aislada en el panorama hotelero de la costa, deben ser puestos en valor a partir de su catalogación y protección con el fin de evitar que estas arquitecturas ejemplares terminen por tematizarse y disolverse en el magma de la banalidad reinante.
En las plantas de habitaciones se opta por colocar una sola línea de habitaciones con fachada hacia el sur, decisión que permite una ventilación cruzada norte-sur, minimizando el uso de la climatización en el edificio. Sólo en la zona de la curva el proyecto añade habitaciones individuales en la fachada Norte, definiendo de esta manera un volumen añadido, hacia la fachada de acceso. Dicha fachada Norte se resuelve con un alto grado de opacidad, en la que las habitaciones carecen de balcones. La fachada hacia el sur es en contraste totalmente abierta hacia las vistas y el soleamiento del sur, teniendo el elemento balcón como módulo básico de dicho plano. Los balcones enfatizan una lectura horizontal del edificio, direccionalidad avalada con una pérgola de hormigón que en segunda planta remata el volumen de las estancias comunes y marca el arranque de las plantas dedicadas a habitaciones.
Los únicos usos que no se engloban dentro del volumen principal son una sala de fiestas y un bar que quedan vinculados a las distintas piscinas "de niños, nadadores y saltos-. Dada la horizontalidad del terreno y para no obstaculizar las vistas, la sala de fiestas se proyecta bajo rasante aunque con vistas hacia el mar aprovechando el cambio de pendiente justo en el comienzo de la playa, siendo la cubierta del bar, a base de paraboloides hiperbólicos los únicos elementos que emergen del volumen, volviendo a insistir en el uso de superficies curvas en el proyecto. El hecho de enterrar la sala de fiestas también le permitió establecer una conexión visual con el vaso de la piscina, que se resolvió con cristal aportando a la sala de fiesta un aire sumamente tecnológico y exótico tan en sintonía con el espejismo de modernidad y elitismo que estos complejos trataban de generar. El diseño de la jardinería se realizó junto con Antonio Martín y englobaba tanto las zonas de entrada, patios interiores de zonas de vestíbulo y jardines hacia el mar. En cuanto a las instalaciones, además de la consideración del control térmico antes comentada, una de las preocupaciones fue la instalación del saneamiento. Se trataba en los años sesenta de un problema generalizado y que el arquitecto resuelve con un sistema de depuración propio del hotel para las aguas residuales que luego eran vertidas al mar.
El arquitecto se encargó así mismo del diseño de todos los elementos de forja, madera y metálicos que conformaban la totalidad de las carpinterías así como la decoración de las habitaciones y de los espacios comunes, elementos que en su totalidad tuvieron que realizarse artesanalmente debido a la inexistencia en estos momentos de elementos estandarizados de construcción.
Con el Hotel Don Pepe, la cadena Meliá ofrece un producto hotelero dirigido a las élites europeas y con el que se pretendía crear una inercia en la calidad arquitectónica de los hoteles de la Costa del Sol. Es importante resaltar que tanto el arquitecto como el promotor apostaron con éxito por la modernidad como icono del hotel Don Pepe, símbolo de la élite y de la excelencia. Frente a las arquitecturas del espectáculo turístico guiados por una tematización en muchos casos kitsch, la solidez y modernidad de la propuesta arquitectónica del Don Pepe, que hoy se presenta aislada en el panorama hotelero de la costa, deben ser puestos en valor a partir de su catalogación y protección con el fin de evitar que estas arquitecturas ejemplares terminen por tematizarse y disolverse en el magma de la banalidad reinante.
Nearby cities:
Coordinates: 36°30'26"N 4°54'11"W
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