Espartinas

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La aparición histórica de Espartinas se produce bajo la dominación turdetana del Sur de la península. Existen noticias de poblaciones turdetanas citadas por Ptolomeo en su geografía, como el caso de Spoletinum (que algunos relacionan con Espartinas).

Este asentamiento turdetano quedará destruido al producirse la dominación romana, dominación ésta que intensifica el cultivo de estas tierras, ricas en vides y olivos. Esto traería consigo el potenciamiento de los asentamientos dispersos existentes, dando lugar a las "villas" romanas. Así, de esta época son conocidas la villa de Lauretum (Loreto), nombre romano del laurel, donde se halla la "Torre Lauretana", que en la actualidad existe aunque muy modificada por las posteriores colonizaciones.

También es destacable la villa de Mejina (Messina, Mexina), propiedad de Messius; Tablante, de Tabulge: terreno llano. Otras son Paterna, Villalvilla y Espartina (de Spartus, porpietario de la explotación).

Bajo la dominación musulmana Espartinas y las demás alcarías o aldeas anteriormente citadas pertenecían al distrito de Hish-al-Farach, hoy San Juan de Aznalfarache, uno de los cuatro distritos en los que se hallaba dividido el Aljarafe en la época musulmana (los tres restantes eran: Aznalcázar, Aznalcóllar y Solúcar de Albaida).

En 1248 se produce la Reconquista de Sevilla, y en un breve lapso de tiempo se reconquistan todas las poblaciones cercanas. Este período de seguridad se aprovecharía para la definitiva colonización de la comarca, así como para el desarrollo de la población. Los distintos núcleos de población antes referidos serán objetos de repartimiento tras la Reconquista.

Así, "Loreto" era heredamiento de Doña María Ortiz Manuel, la cual en 1525 fundó en parte de sus tierras el Convento de Ntra. Sra. de Loreto, sustituyendo esta advocación a la de Valverde que tenía la imagen que se veneraba en una pequeña ermita allí existente.

Del mismo modo, Cazalla Almanzor, que según su denominación indica que debió ser lugar fortificado (de Cazalla: Castallat, drivado de Castellum), fue concedida a los pobladores de Sanlúcar para que la repartiesen entre caballeros y peones. Parece ser que en 1688 ya estaba despoblada totalmente y su Iglesia Parroquial se hallaba en estado ruinoso, demoliéndose en el siglo XVIII. Algo similar ocurrió con el resto de las alcarías (Paterna Harab, Villalvilla, Tablante, Mejina) o aldeas que paulatinamente fueron despoblándose, siendo en la actualidad simples caseríos o haciendas, concentréndose la población en el núcleo de Espartinas.

Para este período el núcleo se hallaba suficientemente consolidado y su crecimiento a partir de este momento siguió las irregulares vías que configuraron la trama original, sin ser éste muy acentuado en los dos siglos que siguieron.

Ya en épocas más recientes se desarrolló el pueblo transversalmente, en profundidad, a su eje fundamental (la carretera Sevilla-Huelva) mediante grupos de viviendas adosadas ordenadas más regularmente sobre la continuación del antiguo viario, con preferencia al borde Sur del citado eje.

La zona de altas pendientes situada en el borde Este del casco empujó al mismo hacia un crecimiento en dirección Oeste, menos considerable actualmente que las actuaciones referidas en el párrafo anterior.

Dejamos para último lugar la consideración de una tendencia marcada hacia las zonas de segunda residencia apoyadas sobre la mencionada carretera y en dirección de Villanueva del Ariscal. Esta línea se está llevando a una escala desmesurada propalada en gran medida desde el término vecino, y que casi los anexa a nivel urbano.

Son importantes los numerosos restos arqueológicos hallados en Loreto, Chamorro y la Setenta, todos ellos de la época musulmana. Los encontramos en Tablante, Mejina, Cazalla Almanzar, Paternilla de los Judíos y Villalvilla.

De su arquitectura religiosa destacamos la Iglesia Parroquial de la Asunción, la Iglesia de Nuestra Señora de Loreto y su Convento. Por lo que respecta a la arquitectura militar señalamos la Torre de Loreto, descollando la Hacienda de Tablante en la civil, así como la Hacienda de Loreto.